Por Roberto Santander

 

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El sociólogo José Carlos Rodríguez manifestó que la mafia forma parte del Estado paraguayo. Se refirió a las denuncias de que diputados tienen vínculos con el narcotráfico, según el último informe de la Senad. Señala que el Poder Judicial está muy corrompido.

 

–El asesinato del periodista Pablo Medina abrió un amplio debate sobre el narcotráfico y su vinculación con los políticos...

 

–Todo el mundo sabe que en Pedro Juan Caballero y otras zonas del Norte había un problema social importante vinculado a la marihuana y al contrabando. No es noticia nueva que la marihuana paraguaya tiene una cotización especial en San Pablo, Río de Janeiro o Montevideo. El fenómeno estaba ahí. Lo que choca de pronto es que no es que el fenómeno infiltre el Estado paraguayo, sino que el fenómeno aparenta ser parte del Estado paraguayo.

 

–Anteriormente se hablaba de financiación del narcotráfico a políticos. Hoy acusan que los narcos son intendentes y otros tienen bancas en Diputados

 

-La mafia es el Estado. No es que convive con el Estado, sino que es del Estado. En un momento dado en que hay muchas noticias de gran escándalo de Centroamérica, México, en donde aparentemente los Estados Latinoamericanos son narcotraficantes. El Estado y la mafia se identifican en una serie de regiones.

 

–¿Cree que la ausencia del Estado propicia los delitos transnacionales?

 

–La tradición Estado ausente no es nueva. Hay una transnacionalización de la mafia y entonces un progreso de la mafia y desviación de la mafia de una zona a otra como por ejemplo el desplazamiento de Colombia a México.

 

–Hay una cultura en donde el narcotraficante tiene un estatus social. Es el que ayuda al pobre es el padrino.

 

–Hay un enraizamiento de la mafia en donde hay una cultura mafiosa. Es como que en el mismo territorio conviven el Estado y la mafia. En lugar de ser mutuamente excluyente, ellos son suplementarios. Y la mafia tiene su acción social. Se dio la coacción muy famosa del narcotraficante Pablo Escobar con el cártel de Medellín, en donde se observa que la mafia tiene su acción social, su responsabilidad social como tienen los empresarios. Se produce una convivencia estable sostenible entre la mafia, el Estado. Están todos en una misma bolsa. En algunas zonas del país, uno ve a un hombre en camuflaje. Te callás nomás. Hay una cultura de la mafia.

 

–¿Cree que las acciones que apuntan a endurecer las leyes contra narcotraficantes son el camino correcto o una simple cortina de humo?

 

–Lo que se puede asegurar es que hay resultados o no hay resultados. Si no hay resultados, se puede decir que ha sido una comedia. El tema de la mafia es algo frente al cual el Estado debe reaccionar. Evidentemente hay complicidades. Esta mafia no puede sobrevivir sin complicidades. Si realmente no se ataca, por algo será.

 

–Las investigaciones apuntan a una conexión fuerte con el Poder Judicial...

 

–La administración de Justicia es uno de los poderes más menospreciados en este momento en Paraguay. La corrupción en la administración de la Justicia tiene el efecto más negativo sobre la corrupción (...) se supone que la Justicia es la que debe poner orden pero cuando la persona que tiene que poner orden se corrompe, entonces uno no tiene alternativa.

 

–¿Cree que se puede hacer un verdadero cambio en la Corte?

 

–Lo que hizo el ex presidente Nicanor Duarte Frutos fue cambiar, pero no para cambiar, sino para quebrar. El presidente Fernando Lugo no pudo cambiar nada; ninguna persona. Franco nunca quiso. No le importó, al contrario. Le va ser más caro al presidente Cartes no hacer nada.

 

–¿El juicio político a los cuatro ministros de la Corte y del TSJE viene a generar una turbulencia partidaria?

 

–El tema es cambiar para mejorar la administración de Justicia o para que vengan personas más favorables al Gobierno. Ese es el punto. Qué cambio se está planteando o hacia dónde apunta el cambio. Cuál va ser el resultado del cambio. No tengo muy claro qué es lo que se está buscando con esto.

 

–¿Se busca una reforma estructural de la Justicia o se puede repetir el error de la era Nicanor?

 

–La reforma debe apuntar a mejorar la administración de la Justicia. Hay que ver si nos acercamos a ese ideal o no. Lo que se está haciendo es privatizar la Justicia. La Justicia está privatizada. Está en manos de intereses particulares muy poderosos; por ejemplo, de la mafia organizada. Y no solamente la mafia, sino de algunos jefes importantes. Mucha gente habla de que el senador Galaverna maneja a los jueces.